la Debacle

Que este año no está siendo normal, no lo digo yo solo. Es tan evidente que a veces ni lo comentamos.

El caso es que en el pueblo, en el Moncayo, siempre me aconsejaban no plantar nada hasta la segunda quincena de mayo, porque así se evitaban las últimas heladas y las plantitas entraban directamente en el buen tiempo. Aquí en Zaragoza todo viene antes porque no hay altitud y porque el clima es más cálido y benefactor. Bueno, lo de benefactor es un decir.

El caso es que el miércoles estaba el huerto precioso, lindo, bonito, escoscado y como de concurso. Todo lucía en su esplendor y prometía frutos y bondades a cientos. Sujeté las tomatera, limpié los bancales, animé las calabazas y los pepinos… en fin, un paraíso y yo me sentía plenamente orgulloso de mis plantas y de mi trabajo. pero el viernes habían anunciado tormentas por la tarde… y las hubo. En Zaragoza cayeron 40 litro de agua en 40 minutos. Y entre esos litros de agua hubo dos pedregadas o granizadas, como se quieran llamar. La violencia de la piedra fue tal que enseguida presentí que había hecho mal a la huerta.

Ayer domingo cayó otra tromba de agua durante toda la noche y me puedo imaginar el panorama sin necesidad de volver a verlo: desolador.

Pero nos animamos y a mediodía nos fuimos a ver el huertito y a ver los daños: estaban todos los convecinos desolados por el daño que había hecho en todas las huertas y cosechas. No se ha salvado nadie. Los que lo tenían más bonito y más crecido, ahora mostraban cicatrices todas sus planta… en fin, no quiero contar más tragedias.

Las fotos de ayer domingo son las siguientes:

IMG_20180527_121722IMG_20180527_121724IMG_20180527_121727IMG_20180527_121730IMG_20180527_121735IMG_20180527_121741IMG_20180527_121747

El próximo miércoles, más.

Comentarios

Entradas populares