Recuperándonos
Tras las granizadas, las tormentas y el despojo en que quedó nuestro huerto, esta semana que hoy acaba me acerqué tres veces a ver su estado. Curioso porque salvo la tercera y última, apenas pude pasar porque andaba todo embarrado y con difícil acceso. Ayer sábado me lié la manta a la cabeza y me fui a las ocho de la mañana dispuesto a todo: desbrocé la tierra, la escarié, la mullí, rehice los caballones, quité malas hierbas y las ramas rotas, las hojas destrozadas, todo cuanto no podría prosperar tras la granizada y el huerto quedó en un par de horas limpio y recogido, bonito y presentable como estaba antes. Las alcachoferas presentaban ya algunas alcachofas (cuatro conté); las tomateras estaban muy dañadas, pero les aseguré los tallos con cuerdas y quité las ramas rotas; los pimientos andaban intentando recuperarse; los pepinos desparecieron todos (menos uno) del panorama del huerto; los calabacines andaban medio recuperados y prosperando increíblemente. Las lechugas, malheridas la
